Recientemente estuve en Chicago, conocida como la ciudad de los vientos. Es una ciudad fascinante desde cualquier punto de vista, con edificios impresionantes y muchos lugares por conocer. Comenzamos nuestro recorrido tomando un tren de la compañia Metra, los cuales conectan diversos suburbios con el centro de Chicago, son bastante organizados y tienen horas establecidas (muy puntuales por cierto). Cada ticket cuesta $ 3.80, al menos eso me costo desde Wheaton hasta Chicago (25 millas).
Al llegar a la estación central, se pueden encontrar allí mismo, varios mapas del centro de Chicago. El primer lugar que visitamos fue la famosa Sears Tower, llegamos antes que abrieran, por lo que aprovechamos para desayunar en Mc donalds.
El costo de la entrada al Sears Tower es de $ 11.95 por persona, he incluye un video con la reseña histórica del edificio. En el elevador una empieza a sentir la altura y es que se suben 412 metros en apenas segundos!! La vista desde arriba es maravillosa, aun con el día nublado la vista era impresionante, dicen que en días despejados se pueden ver los estados de indiana y wisconsin. A lo largo del paseo hay varios kioscos donde se puede tener información de cual es el nombre de los edificios (en varios idiomas) y un telescopio para poder apreciarlos de más cerca.
El próximo destino fue el instituto de arte de Chicago, allí compramos una tarjeta "CityPass", la cual te permite visitar los principales destinos de Chicago a un costo mas bajo que si se paga uno a uno. La tarjeta cuesta $ 49.50 por persona.
Siguiendo con el paseo por el instituto de arte, es un lugar impresionante, tanto por fuera como por dentro. Yo no soy muy conocedor de arte, pero me pareció fabulosa la colección de pinturas que tienen, artistas muy famosos como Monet, Picasso, Dalí, El Greco, etc. No solo tienen pinturas, sino escultura, fotografía, textiles, arquitectura, arte africano, americano, etc., etc. Fácilmente se puede pasar una tarde completa visitando cada una de las colecciones que se presentan, nosotros como no teníamos tanto tiempo, dimos un paseo de aproximadamente 2 horas, viendo lo que más nos interesaba. Para los más aficionados hay guías auditivas donde van explicando cada cosa.
Desde ahí nos fuimos caminando hacia el Shedd Aquarium, atravesando el Grant Park, es una distancia un tanto larga pero gracias a eso pudimos ver la fuente de Buckingham, es una de las fuentes más grandes del mundo y aparece frecuentemente como un icono de Chicago.
Después descubrimos que hay un trolley gratuito que hace el recorrido por las principales atracciones de la ciudad, increíble pero es cierto... es totalmente gratis y funciona solamente en la época de verano, eso sí, generalmente hay una larga cola de personas en las paradas, por lo que hay que esperar para encontrar asientos libres.
El Shedd Aquarium es muy lindo y completo hay toda clase de peces, serpientes, ranas, tortugas. Tiene más de 8000 animales acuáticos. Lo que mas me gusto fueron los tiburones y las ballenas belugas. En ciertos horarios hay show de delfines. El acuario es muy interactivo, con varios juegos para aprender más acerca de los animales, es ideal para niños y adultos.
Cerca del acuario hay dos museos más: El Adler Planetarium y el Field Museum. El primero tiene varias galerías donde se exponen el sistema solar, experimentos de Galileo y un “teatro del cielo” donde van explicando las estrellas y constelaciones… muy interesante.
El Field Museum es impresionante, tiene el esqueleto más completo y mejor preservado de un tiranosaurio Rex. Estar parado frente al fósil de semejante animal es algo indescriptible. Además del tiranosaurio que tiene el nombre de “Sue”, hay una amplia colección de animales disecados, cultura egipcia, rocas y fósiles, etc. El museo es muy grande y hay que ir con bastante tiempo si se quiere ver cada una de las galerías con calma. También hay exhibiciones temporales de temas distintos.
Los tres museos: el planetarium, field museum y el acuario se pueden visitar en un mismo día, ahora si son de los que les gusta leer todos los carteles y tomarse su tiempo, tal vez deberán tomar dos museos por día.
Al día siguiente decidimos visitar otro museo, este queda un poco más lejos del centro de la ciudad. Tuvimos la suerte que un pariente nos llevo hasta el lugar, pero se puede llegar por medio de buses de la línea CTA.
Se trata del museo de ciencia e industria, ingresamos nuevamente presentando nuestra tarjeta de “citypass” y tratamos de recorrer por lo menos lo más interesante, es realmente difícil ver la totalidad del museo debido a las inmensas instalaciones. Una de las exhibiciones que más me gustó es un submarino de la segunda guerra mundial, el U-505, se puede visitar el interior mientras te van relatando los hechos ocurridos y como vivía la tripulación. En el exterior está el detalle de la travesía que efectuó y como fue capturado. También se pueden apreciar videos de la forma como fue trasladado hasta el museo, fue un trabajo arduo, pero valió la pena!!
El museo cuenta con una sala de teatro Omnimax, lo interesante de esto es que no es una pantalla común y corriente, es más bien un domo con una visión de 180° que utiliza tecnología de punta. Generalmente pasan documentales cortos.
Otra parte que me gusto mucho es la historia del tren, con una maqueta gigante del recorrido del tren por distintas ciudades. Sin darnos cuenta pasamos toda la tarde en el interior de este museo y no alcanzamos a verlo completamente, pero lo que vimos nos gustó mucho.
El último día decidimos descansar de museos y nos dirigimos hacia Navy Pier, es un lugar con muchos restaurantes, comercios, juegos y entretenimiento. Esta ubicado en la orilla del lago Michigan, al este del centro de la ciudad. Se puede llegar caminando o tomando uno de los trolleys gratuitos. Desde Navy Pier se pueden tomar tours en bote, nosotros realizamos un tour arquitectónico de 1 hora de duración a través del río Chicago por un costo de $ 22 p/persona. A lo largo del recorrido hay un guía que va relatando un poco de historia de los principales edificios, es muy lindo porque se tienen lindas vistas de los edificios y a la vez se va aprendiendo un poco de su historia, muy recomendable para los que gustan de la arquitectura o simplemente de dar un paseo y aprender algo nuevo.
En Navy Pier está el conocido “Ferris Wheel” o rueda de Chicago, desde la parte superior se puede tener una linda vista del centro de la ciudad y también del lago. A la hora de comer hay una amplia variedad de restaurantes a elegir, nosotros optamos por unos hot dogs muy buenos.
Lamentablemente el viaje llegó a su fin, partimos con las ganas de volver y con la satisfacción de haber conocido una ciudad muy linda.